Agentes cancerígenos
Los microorganismos, los
virus, las bacterias, presentes en las heces, la orina, la materia fecal, los parásitos,
los hongos. Las radiaciones solares ultravioletas, demasiada exposición puede
provocar melanomas, cáncer de piel. Las radiaciones nucleares. Productos
químicos sintéticos presentes en los alimentos y en cosméticos. El plástico expuesto al calor puede
desprender en los líquidos que contiene sustancias cancerígenas, en envases de
plástico. Los colorantes, saborizantes, conservantes, sustancias químicas como
el arsénico, benceno, formaldehido, Metales pesados con contacto con líquidos.
Científicos anuncian que la bomba atómica fue el origen del cáncer que afectó
la genética del ser humano. La hoja de tabaco que para que la acepte la
tabacalera, le aplica un tremendo veneno
cancerígeno, para que no la perforen los insectos. DDT y otros plaguicidas contaminan y pueden producir cáncer. La radiación de centrales nucleares
fuera de control puede ocasionar tumores y mutaciones genéticas. Se recomienda
no exponerse a los factores de riesgo. Realizar controles médicos para tratar
de detectar cualquier alteración funcional o estructural.
Signos de alerta:
Heridas que no cicatrizan
en la piel, labios, boca, etc. Durezas en alguna parte del cuerpo. Verrugas o
lunares que cambian de tamaño o aspecto rápidamente. Hemorragias anormales por
orificios naturales. Dificultad para tragar, digestiones difíciles. Tos o
ronquera persistente. Cambios en las evacuaciones intestinales, presencia de
sangre en las evacuaciones. Pérdida de apetito y adelgazamiento sin causas
aparentes.
Perjudican:
La vida sedentaria, falta
de descanso, tabaquismo, consumo de alcohol, consumo de drogas.
Favorecen:
Estar bien nutrido, cuidar
la higiene personal, hacer ejercicios físicos, dormir lo suficiente, tener
tiempo de esparcimiento. Alimentarse adecuadamente. Controlar la higiene
personal y del ambiente. Realizar actividad física y recreativa. Descansar
adecuadamente. Evitar situaciones de peligro, que puedan provocar daño. Control
médico periódico. Prevenir enfermedades, vacunarse, conocer las enfermedades.
Por ejemplo: una caminata diaria de 30 minutos mejora la irrigación sanguínea
del miocardio, retarda la formación de ateromas y reduce la presión arterial.